El ensayo académico o ensayo escolar es, probablemente, uno de los géneros discursivos más difíciles de escribir durante la formación disciplinar. Esto es así no sólo porque implica que el autor argumente la postura que adopta sobre el tema del que escribe, sino porque, a pesar de ser uno de los trabajos más solicitados por los docentes de ciertas disciplinas, hay muy poco consenso con respecto a cuáles son sus características y objetivos.
Pese a esto, puede decirse que la principal intención para escribir este tipo de texto es presentar a otros una opinión o tesis. Por lo tanto, se trata de un género discursivo de naturaleza argumentativa. Así pues, el autor debe sostener cada una de las ideas que vierte en el texto de tal suerte que pueda demostrar no sólo que sabe cosas con respecto al tema que expone, sino que lo entiende lo suficiente como para discutir formas diferentes de abordarlo, comparar entre posturas o proponer nuevas soluciones tanto a problemas viejos como actuales.
Si bien es cierto que no hay una definición precisa de lo que implica escribir un ensayo, para fines didácticos reconocemos, por lo menos, los siguientes tres tipos:
• Ensayo de definición,
• Ensayo de comparación-contraste, y
• Ensayo de problema-solución.
Además, de acuerdo con González, Ferlia, de la Vara y Orozco (1996), este género académico debe contar con la siguiente estructura: contextualización, tesis y argumentación, y cierre o conclusión.
De esta manera, el ensayo de definición busca describir un problema, fenómeno o situación. Para ello, introduce maneras novedosas o poco conocidas de abordarlo desde su identificación o desde la explicación de sus orígenes y determinantes.
Por su parte, el ensayo de comparación-contraste pretende presentar dos o más posiciones opuestas entre las que el autor se decantará mientras argumenta el porqué de esa decisión con base en, por ejemplo, la novedad de una de las posturas involucradas, la relevancia de sus aportes teóricos, la potencia explicativa que posee alguna de ellas, entre otras.
Por último, el ensayo de problema-solución procura enunciar el problema, fenómeno o situación, poniendo énfasis en cómo puede ser resuelto al abordarse desde una perspectiva poco considerada hasta el momento.
Con base en lo dicho hasta aquí, sugerimos los siguientes pasos para la elaboración de un ensayo:
PRIMERA ETAPA
Te sugerimos proceder según el siguiente orden para redactar el primer borrador del ensayo. En esta etapa no es necesario que te esfuerces por tener un texto del todo congruente, sino que se trata de conseguir un primer esquema del contenido de los apartados tesis y argumentación y cierre o conclusión:
1. Elección y delimitación del tema. Elige el tema sobre el que quieres escribir, definiendo qué aspecto o problemática específica del mismo pretendes abordar, de tal modo que el asunto central del trabajo no se pierda en vaguedades.
Tal delimitación es importante pues, dado el avance y producción actual de conocimiento, abordar un tema amplio deviene en una tarea inmensa de revisión y recolección de información que, si bien no es imposible, rebasa las características de un trabajo académico. Además, esto marcará la pauta sobre el tipo de ensayo que vas a elaborar. Por ejemplo, si tu problema es cómo se concibe al fenómeno del aprendizaje desde las perspectivas cognitivas más actuales, entonces se tratará de un ensayo de definición.
2. Rescatar información previa. Analiza la información que tienes con respecto al tema y piensa en la respuesta a las siguientes preguntas:
• ¿Cuento con información suficiente para entender el tema desde las diferentes posiciones que lo abordan?
• ¿Comprendo los planteamientos de estos autores y la postura desde la que escriben?
En caso de no responder con claridad y afirmativamente a las preguntas anteriores, acude a alguien que pueda apoyarte, puesto que contar con la información y comprenderla, hará posible un planteamiento adecuado de la tesis del ensayo y contribuirá a sustentar sólidamente tu punto de vista sobre el tema tratado.
Por otra parte, dependiendo del tipo de ensayo que has seleccionado, deberás escribir la respuesta a una de las siguientes preguntas:
• De definición: ¿qué definición puedo elaborar del problema, fenómeno o situación?
• De comparación-contraste: ¿cuál de las posiciones que abordan el problema, fenómeno o situación me parece más adecuada y por qué?
• De problema-solución: ¿de qué otra forma puede solucionarse el problema?
Básicamente, al seleccionar y responder a una de estas habrás elaborado la tesis de tu ensayo. Esta debes redactarla a través de una afirmación o proposición clara de la que habrán de desprenderse los argumentos.
3. Seleccionar argumentos. Los argumentos son cada una de las razones a través de las cuales se intenta demostrar que una idea es correcta, adecuada o “mejor” que otra. Estos pueden basarse en datos estadísticos, hechos, opiniones de autores reconocidos en la materia o ser producto de esfuerzos deductivos o inductivos. Sin embargo, cada argumento debe tener un respaldo sólido, es decir, son más que simples suposiciones y, además, deben ser pertinentes, adecuados, coherentes y ciertos.
En un ensayo, el autor recurre a la exposición de argumentos para sostener su tesis. Es por esto por lo que deberás pensar qué argumentos presentar para convencer al lector de que tienes la razón sobre lo que afirmas con respecto al tema, fenómeno o situación de la que hablas.
4. Redactar la conclusión o cierre. Ningún trabajo académico está completo sin una conclusión o cierre. Generalmente, para escribir el cierre basta con que resumas lo que has expuesto, enlistes las limitaciones que presenta el trabajo y que enuncies posibles acciones que permitirán superarlas en trabajos posteriores. Las conclusiones, en cambio, surgen del análisis de la exposición. Puedes considerar, por ejemplo, si la información que poseías o que has proporcionado al lector es suficiente para tomar una postura con respecto al tema, problema o situación; si la manera de abordarlo fue suficiente, o no y por qué; entre otras posibles.
SEGUNDA ETAPA
En esta etapa redactarás la contextualización del ensayo y vincularás cada uno de sus elementos: contextualización, tesis y argumentos y conclusión o cierre; además, deberás llevar a cabo una revisión posterior para verificar que el texto esté escrito de manera adecuada. Para ello, es conveniente que sigas los pasos enlistados a continuación:
1. Textualización de los argumentos. En este paso, lo que debes hacer es poner en texto todos los argumentos o aquellos que hayas seleccionado para defender tu tesis con respecto al problema, fenómeno o situación. Organízalos de tal forma que lleven al lector tomar por cierta la tesis que sostienes. Puedes auxiliarte de un esquema en el que muestres el nivel de jerarquía de unos con respecto a otros y la manera en la que se conectan de modo que consigas vincular las ideas en vez de presentarlas sólo como elementos inconexos o enlistados. Para ello, recuerda valerte de conectores textuales.
2. Textualización de la conclusión o cierre. Lo que procede es discursivisar las notas producidas en tu primer intento de escribir la conclusión o cierre de tu trabajo. Esto es, escribir de tal manera que el texto no sea un conjunto de ideas o frases aisladas, sino que muestre una estructura sólida, clara y coherente. Nuevamente, para llevar a cabo esta tarea es importante que emplees expresiones de enlace y marcadores textuales adecuados.
De igual forma, busca que exista un vínculo entre el cuerpo del ensayo (tesis y argumentos) y la conclusión o cierre. Revisar la forma en que has planteado la información y qué tanto esta se ve reflejada en el cierre que has escrito o en la conclusión a la que has llegado. Si no hay una conexión evidente, entonces el último apartado del ensayo no está bien escrito o no has incluido información suficiente o adecuada al redactar tu tesis y sus argumentos.
3. Escribir la contextualización. Para mostrarle al lector qué va a discutirse a lo largo del texto, un ensayo debe incluir una contextualización que permita entender en qué circunstancias es que se presenta el problema, fenómeno o situación; por qué es relevante analizarlo, así como las coordenadas teóricas desde las cuales se le está conceptualizando. Asimismo, debe incluir un párrafo en el cual se avise al lector cómo se organizó el texto (en qué secuencia se expone la información).
4. Vincular contexto, cuerpo y cierre. Revisa que a lo largo de todo el texto se mantenga la cohesión (un tema a la vez que conectan todos a un tema que los engloba) y la coherencia (progresión ordenada de los temas). Incluye tantos subtítulos como haga falta para que se entienda la manera en la que se esquematiza la información presentada. Después analiza el texto desde la perspectiva del lector y pregúntate si él podrá comprender lo que pretendes comunicar. También puedes compartirlo con alguno de tus compañeros para que haga la función de revisor.
En caso de ser necesario, modifica aquellos términos o expresiones inadecuadas (informales, repetidas en el mismo párrafo, lugares comunes, palabras repetidas innecesariamente, etcétera) y no temas a la reescritura de párrafos o apartados completos. Esto es parte usual de la escritura.
Algunas consideraciones para la revisión se enlistan a continuación:
• Evita largos preámbulos y premisas obvias.
• Emplea pocos argumentos, pero de buena calidad, en vez de muchos que sean dudosos.
• Sé concreto (da ejemplos, describe detalladamente).
• Evita las expresiones hechas y los lugares comunes.
• Identifica los vicios de lenguaje en la redacción:
o Pleonasmos:
Persona humana
Muy idóneo
Me parece a mí que
A mi parecer
Medio circundante
o Anfibologías:
Medidas para jóvenes apropiadas
Ventilador de bolsillo eléctrico
o Dequeísmos
Dijo de que se iba
Creo de que no está bien
Parece de que…
o Concordancia inadecuada:
Un grupo de personas se reunieron…
Eres uno de los que menos estudias…
Gran parte de los socios votaron en contra…
La mayoría opinaron que…
o Impropiedades léxicas:
en base a → con base en
en relación a → respecto de
adecúa → adecua
financía → financia
TERCERA ETAPA
La elaboración de la versión definitiva de tu ensayo viene después de una lectura general y el ajuste del texto a las exigencias de la presentación establecidas por la convención que defina tu disciplina o el profesor que demandó la tarea de escritura: tamaño y tipo de letra, márgenes, paginado, datos de identificación, etcétera. Algunas de las disciplinares las puedes consultar en la rúbrica.
REFERENCIAS
González, F., Feria, J., de la Vara, A.B. y Orozco, H. (1996). Presentación de trabajos académicos. Departamento de Letras y Lingüística. Universidad de Sonora: Imprenta Universitaria.
Final – Ensayo (Dar clic para visualizarlo)